La vida rápida y la muerte lenta

La dinámica tecnológica, los penetrantes sistemas comunicacionales, el vértigo de la vida actual, nos suelen llevar a actuar sin reflexionar. A reaccionar en vez de accionar. A adoptar actitudes mecanicistas y costumbristas que acaparan y transforman nuestro modus vivendi lenta pero constantemente, sin siquiera avisarnos, sin pedirnos permiso, y por lo general, sin respetar la memoria de lo pasado.

En la mañana del viernes (hoy es domingo de noche) me hicieron un planteo que en lo inmediato cambiaría de lleno mi vida por los próximos 14 meses. Reflexioné desde entonces y decidí aceptar la propuesta. Debo comunicar mi decisión mañana lunes, temprano. Aún tengo un nudo en el estómago, pero en el fondo sé qué tengo que hacer. La velocidad de mi yo actual se va a detener en buena medida. Otro yo, hermano de éste, se va a despertar.

Y como las casualidades no existen, en pleno camino a hacer algo que me distendiera un poco, encontré entre mis archivos un texto adaptado libremente a partir del poema de Pablo Neruda «¿Quién muere?». La versión que tengo dice así:

Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no oye música, quien no encuentra gracia en sí mismo.

Muere lentamente quien destruye su amor propio, quien no se deja ayudar.

Muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito repitiendo todos los días los mismos trayectos, quien no cambia de marca, no se atreve a cambiar el color de su vestimenta o bien no conversa con quien no conoce.

Muere lentamente quien evita una pasión y su remolino de emociones, justamente estas que regresan el brillo a los ojos y restauran los corazones destrozados.

Muere lentamente quien no gira el volante cuando esta infeliz con su trabajo, o su amor, quien no arriesga lo cierto ni lo incierto para ir detrás de un sueño quien no se permite, ni siquiera una vez en su vida, huir de los consejos sensatos…

¡Vive hoy!
¡Arriesga hoy!
¡Hazlo hoy!
¡No te dejes morir lentamente!
¡No te impidas ser feliz!

¿Será correcta la decisión tomada?

Autor: Alfonso

Trabajando y divirtiéndome en la red desde el '96, el El Clima es una de mis contribuciones a la falta de cordura del mundo moderno. Es una forma de dar ayuda a quienes no saben que la necesitan (además de ser algo así como terapia para mi mismo).

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *