Salir del cine, según Barthes*

El ensueño crepuscular.

«Todo sucede como si, incluso antes de entrar en la sala, ya estuvieran reunidas las condiciones clásicas de la hipnosis: vacío, desocupación, desuso; no se sueña ante la película y a causa de ella; sin saberlo, se está soñando antes de ser espectador. Hay una «situación de cine», y esta situación es pre-hipnótica. Utilizando una autentica metonimia, podemos decir que la oscuridad de la sala está prefigurada por el «ensueño crepuscular» (que según Breuer-Freud), precede a la hipnosis, ensueño que precede a esa oscuridad y conduce al individuo, de calle en calle, de cartel en cartel, hasta que éste se sumerge finalmente en un cubo oscuro, anónimo, indiferente, en el que se producirá ese festival de los efectos que llamamos una película…»

¿Y la televisión?

«Evoquemos la experiencia contraría: en la televisión, aunque también pasan películas, no hay fascinación; la oscuridad está eliminada, rechazado el anonimato; el espacio es familiar, articulado (por muebles y objetos conocidos), domesticado: el erotismo (digamos mejor la erotización del lugar, para que se comprenda lo que tiene de ligero, de inacabado) ha sido anulado: la televisión nos condena a la familia, al convertirse en el instrumento del hogar…»

Una frase:

«Es como si un largo tallo de luz recortara un agujero de cerradura y todos estuviéramos, estupefactos, mirando por ese agujero.»

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* Roland Barthes (1975). Lo obvio y lo obtuso (imágenes, gestos, voces).

Esa «cajita» plástica

El ser humano no puede vivir sin la tecnología. Depende de ella, como el niño recién nacido depende de la madre para poder alimentarse. La tecnología avanza y la dependencia que crea en el ser humano va a la par.

Dentro de los medios de comunicación, la televisión nos inculcó la cultura de la imagen; la del primer plano, el plano detalle, el video-clip. Nuestros pensamientos abstractos los producimos masajeados por esa cultura de la imagen.

La televisión es un integrante más de la familia. La adoramos. No podemos vivir sin ella. La «cajita» plástica es nuestra gran ilusión, la mentira más verdadera. ¡Pensar que en sí misma, es simplemente la conjunción de tres colores y algunas cosillas más!

El show de la información

Es notorio que las noticias deben maquillarse completamente y asumir un formato dinámico y entretenido para el gran consumo masivo. Las noticias, por lo tanto, quedan en una confusa línea entre información y show.

Es así como Leonardo Di Caprio se dedica a entrevistar a Bill Clinton para la cadena estadounidense ABC, y por otro lado la tragedia del niño cubano Elián González, se transforma en una especie de telenovela informativa, donde los medios de comunicación se olvidan por completo de la ética periodística y manipulan la información a su antojo.

Sin importarles, crean una batalla campal entre los cubanos radicados en Miami y el gobierno de los Estados Unidos; primero por haber declarado su responsabilidad legal de regresar al niño a Cuba, y luego por el operativo de «rescate» que realizaran irrumpiendo con armas en la casa donde el niño estaba alojado. La noticia es eso: puro entretenimiento.

Me hace recordar a un gag del programa humorístico Decalegrón (Uruguay, canal 10), donde se caricaturizaba la redacción de un periódico y siempre finalizaba con un personaje diciendo «Pero eso no es verdad», a lo que otro respondía «¡¡¡Pero como vende!!!».

Internet: una oportunidad para las ONG

Las posibilidades de comunicación que la tecnología nos brinda son cada vez más amplias. Un buen ejemplo es el de las campañas que se convocan, organizan o coordinan a través de Internet.Estas campañas de organizaciones no gubernamentales (ONG) incorporan acciones como el envío masivo de mensajes con fines como, entre otros, promocionar la campaña por el control y la transparencia en el comercio de armas en España, denominada «secretos que matan». Ésta se realizó utilizando el fax y el correo electrónico.

Otras organizaciones se dedican exclusivamente a fomentar campañas a favor de los derechos humanos, coordinando acciones en favor de etnias marginadas por diversos estados.

Algunas de estas campañas apenas han tenido una reunión física, desarrollándose la transferencia de información, coordinación y toma de decisiones exclusivamente por medios electrónicos.

Como se puede ver, algunas veces los medios de comunicación pueden ser útiles para fomentar el respeto por la paz, la solidaridad y los derechos humanos.